En vez de trabajar de una forma lineal, las metodologías ágiles permiten adaptar el trabajo realizado a los requisitos cambiantes, afrontando de una forma satisfactoria la incertidumbre en los clientes, logrando de este modo una mayor satisfacción tanto dentro del equipo, como en las comunicaciones y entendimiento con los clientes.
Una vez conocidos los numerosos beneficios de trabajar de este modo, que podemos encontrar aquí y las diferentes metodologías ágiles que existen, que podemos encontrar aquí, entendiendo cual o cuales de ellas pueden servirnos dependiendo de lo que queramos y cómo queramos hacer en nuestras empresas. Y teniendo ya claro que queremos implantar esta forma de trabajo con nuestro equipo, o incluso dentro de la compañía, vamos a ver aquí 5 formas afrontar con éxito como enseñar a nuestros equipos a comenzar a trabajar de este modo.
1. Crea tareas y ejercicios usando el manifiesto ágil.
Los doce principios de las metodologías ágiles son los siguientes:
- Satisfacción del cliente.
- Bienvenidos los nuevos requisitos.
- Entregas por semanas.
- Es posible medir el progreso.
- Desarrollo sostenible.
- Trabajo cercano.
- Conversación cara a cara.
- Motivación y confianza.
- Excelencia técnica y buen diseño.
- Simplicidad.
- Autogestión de los equipos.
- Adaptación circunstancias cambiantes.
Para comprender estos conceptos, se pueden realizar algunos ejercicios, uno muy útil lo podemos encontrar aquí.
2. Centra la formación en realizar ejercicios prácticos.
En vez de centrarnos en la teoría, es bueno y más sencillo realizar ejercicios prácticos para ver de primera mano como funciona, y aprender interactivamente como se trabaja usando este tipo de metodologías.
A modo de guía, podemos seguir los siguientes pasos, para comprender y enseñar efectivamente qué los diferentes aspectos a abordar:
- Inicia un proyecto basado en tu metodología actual.
- Define el alcance y las metas del proyecto.
- Marca las pautas de los requisitos del proyecto.
- Desarrolla una funcionalidad de software.
- Integra la función con los métodos ágiles.
- Prueba la función.
- Si la prueba es satisfactoria, pasa a la funcionalidad siguiente y repite los pasos 4-6.
- Registra los errores si la prueba no tiene éxito e introduce cambios hasta que la funcionalidad funcione.
- Reprioriza los objetivos del proyecto basándote en la retroalimentación del cliente.
- Libera la funcionalidad al mercado, una vez que incorpores el feedback del cliente.
- Pasa al siguiente producto y repite los pasos 4-10 hasta que se finalice el proyecto.
Asimilar este proceso, es clave para que el equipo entienda en qué consiste cada uno de los pasos, procesos y objetivos de las distintas fases del ciclo de vida de un proyecto y la forma de trabajo dentro de un sprint, si es el caso.
3. Cursos online.
Prácticamente en cualquier plataforma podemos encontrar cursos de metodologías ágiles por muy poco dinero, que son una buena forma de introducir en el equipo y en la compañía algunos de los términos y los conceptos que deben aprender.
4. Enfatiza el «nosotros» y no el «yo».
La colaboración, y el concepto de «nosotros» tiene que ser y es el centro en la implantación de una metodología ágil de trabajo dentro de la compañía. Esto es esencial para garantizar que todas las partes se involucran de forma adecuada, asegurando equipos multi-funcionales de trabajo, facilitando la comunicación efectiva, y las interacciones necesarias para asegurar el éxito en la creación del producto final.
Es esencial, el entendimiento de que la colaboración es el pilar sobre el que construir, y esto debe ser parte de la formación en metodologías ágiles, donde se deben incluir proyectos reales en las sesiones de formación, donde se vea claramente como todo el equipo, junto con los clientes, pueden colaborar en la creación del producto final. Y esto se logra, con un equipo colaborativo y centrado en el usuario.
5. Contrata un «coach».
Puede ser necesario, especialmente en los inicios de la implantación de una metodología ágil, la formación dentro de la empresa por parte de un «coach». Aunque esto no es esencial, puede ser interesante, puesto que un entrenador ágil, por medio de ejemplos reales de proyectos existentes, puede capacitar al equipo de trabajo de una forma rápida y eficaz.
Fuentes: